cierres patronales
"No creo en la bondad natural del hombre y tampoco en la solidaridad social de la mayoría de los patrones. Pienso que tampoco cabe exigir a los dueños de Jojama, Promotriz y Microser que sean unos santos y tengan siempre un comportamiento social ejemplar.
Pero si cada puesto de trabajo supuso 4.110 euros de subvenciones, lo menos que se puede pedir es que se respeten los compromisos. No hay justificación posible para esa irresponsabilidad social, mala fe o frivolidad que hace de los beneficios empresariales –siempre crecientes– el único dogma del progreso.
Como ciudadana de a pie, me interesaría que alguien me explicase qué obligaciones, aparte de las de cubrir gastos y ganar, ganar, cuanto más mejor, contraen este tipo de empresas con una comunidad a la cual explotan (lo llaman dar trabajo) y de la cual se benefician (aquí entra lo de las ayudas). Me interesaría saber también los caracteres de personalidad que llevan a este tipo de injusticias. Ah, y también las píldoras que esos señores toman para dormir"
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